Uno de los últimos escándalos relacionados con las extensiones de Chrome ha llevado a Google a tomar medidas y añadir nuevas normas en su tienda. Con estos cambios, los usuarios estarán menos expuestos a extensiones con comportamientos sospechosos y prácticas abusivas.
El caso que lo cambió todo
Recientemente, se descubrió que la popular extensión Honey, desarrollada por PayPal y supuestamente confiable, manipulaba los códigos de afiliado en las compras online. En lugar de ofrecer descuentos genuinos, la extensión sustituía los códigos originales por los suyos propios, beneficiándose económicamente de cada transacción sin informar a los usuarios. Además, alteraba la visibilidad de ciertas ofertas para favorecer intereses específicos. Este caso, aunque notable, no es el único en su tipo.
Se acabaron las malas prácticas
Google ha decidido tomar cartas en el asunto y ha anunciado nuevas regulaciones para evitar situaciones similares en el futuro. A partir de ahora:
Los enlaces de afiliado, cookies o códigos promocionales solo podrán ser añadidos en una extensión si generan un beneficio claro y justificado para el usuario.
La funcionalidad de afiliación debe estar directamente relacionada con la función principal de la extensión.
No se podrán insertar enlaces de afiliado sin una acción explícita del usuario.
Las extensiones que agreguen enlaces de afiliado sin ofrecer un descuento real, un sistema de cashback o donaciones verificables serán eliminadas.
No estarán permitidas aquellas extensiones que operen en segundo plano sin transparencia y sin conocimiento del usuario.
Nuevas normas que deberán cumplir los desarrolladores
Google también ha ampliado las restricciones para mejorar la seguridad de los usuarios:
Actualización de cookies prohibida: Las extensiones ya no podrán modificar cookies relacionadas con el carrito de compra sin aviso previo.
Manipulación de códigos de afiliado restringida: No podrán reemplazar códigos de afiliado o promocionales sin notificación explícita al usuario.
Mayor transparencia: Los desarrolladores deberán indicar si sus extensiones participan en programas de afiliados, permitiendo a los usuarios tomar decisiones informadas.
Estos cambios significan que muchas extensiones tendrán que actualizarse para cumplir con las nuevas normativas. Otras, que operaban en la sombra con prácticas abusivas, podrían ser eliminadas de la Chrome Web Store.
Impacto en las extensiones de Chrome
Si bien estas nuevas regulaciones buscan proteger a los usuarios y ofrecer una experiencia de navegación más segura, también podrían afectar a algunas extensiones legítimas que deberán adaptarse a estos requerimientos más estrictos. En el caso de Honey, aunque ha perdido miles de usuarios desde que se destapó la polémica, sigue disponible en la tienda, al igual que muchas otras extensiones que podrían haber incurrido en prácticas similares.
Con estas nuevas reglas, Google refuerza su compromiso con la seguridad y la transparencia, brindando a los usuarios mayor confianza en las extensiones que instalan en su navegador.