Ser disruptivo no es disfrazarse de oso

Ser disruptivo no es disfrazarse de oso

En una de mis últimas consultorías estratégicas de comunicación, un equipo de marketing me preguntó: “¿Esto será lo suficientemente disruptivo?”

La pregunta parecía inocente, pero me reveló un problema que veo con frecuencia: la confusión sobre lo que realmente significa ser disruptivo en comunicación.

Muchos creen que la disrupción se trata de llamar la atención con algo estrafalario. Y sí, es gracioso imaginar a alguien en la oficina con un traje de oso bailando bachata. Pero esa imagen refleja un error común: confundir espectáculo con estrategia.


La falsa disrupción

La disrupción de escaparate es la originalidad forzada:

  • ➤ El show extravagante.
  • ➤ El video que sorprende, pero no conecta.
  • ➤ La campaña que genera ruido… y muere al día siguiente.

Es creatividad sin dirección. Llama la atención, pero no construye posición en el mercado.


La disrupción real

La disrupción de mercado es distinta. Se trata de romper el patrón establecido en tu industria y elevar la conversación en beneficio del cliente.

No se trata de inventar un producto nunca visto. Se trata de identificar esa conversación huérfana en tu sector y liderarla con fuerza, constancia y claridad.

  • ➤ En tecnología, miles ofrecen software. Pero solo una marca se apropió del “Think Different”.
  • ➤ En café, hay incontables marcas. Solo una convirtió su negocio en “el tercer lugar entre casa y trabajo”.

No fue el producto lo que los diferenció, fue la conversación que decidieron liderar.


La conversación es incopiable

Puedes copiar funciones, servicios, hasta precios.
Pero no puedes copiar la conversación estratégica que una marca sostiene con coherencia durante años.

Es como intentar imitar la voz de alguien: las palabras se pueden repetir, pero nunca el timbre que las hace únicas.

Ese timbre, en comunicación, es la conversación que eliges amplificar.


Cómo identificar tu territorio de disrupción

Cuando trabajo estrategias de comunicación con empresas, siempre hago esta pregunta:
¿Qué conversación importante en tu industria nadie está liderando aún?

Las respuestas suelen sorprender a los equipos. Porque mientras todos compiten en lo evidente, las verdaderas oportunidades están en los temas invisibles:

  • ➤ Las dudas que el cliente no se atreve a decir en voz alta.
  • ➤ Las tensiones que la industria pasa por alto.
  • ➤ Los vacíos de información que nadie se ha apropiado.

El rol de tu marca es llenar ese vacío.


Ruido vs. disrupción

La diferencia es clara:

  • Ruido: buscar atención inmediata.
  • Disrupción real: elevar la industria con una narrativa que importa.

Y cuando eliges lo segundo, la atención llega sola… y llega con respeto.


La conclusión estratégica

Ser disruptivo no es vestirse de oso, ni bailar bachata en redes.
Es diseñar una conversación que cambie las reglas de tu industria y comprometerte a sostenerla con fuerza.

Ese es el verdadero camino hacia la diferenciación: la constancia de una conversación que nadie más puede reclamar.

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